Ha entrado en vigor la Ley Europea de Inteligencia Artificial, el primer reglamento global sobre IA. Su objetivo es garantizar que la IA desarrollada y utilizada en la UE sea confiable, protegiendo los derechos fundamentales de las personas y promoviendo un mercado interno armonizado. La ley clasifica los sistemas de IA en cuatro categorías según el riesgo: mínimo, específico para la transparencia, alto y inaceptable. Los sistemas de alto riesgo deberán cumplir requisitos estrictos, como supervisión humana y alta calidad de los datos. Asimismo, se prohíben los sistemas que representen un riesgo inaceptable, como los que manipulan el comportamiento humano o permiten la "puntuación social". Las empresas que no cumplan con las normas podrán enfrentar multas de hasta el 7% de su facturación. La mayoría de las reglas comenzarán a aplicarse en agosto de 2026. Para facilitar la transición, la Comisión Europea ha lanzado el Pacto por la IA, invitando a los desarrolladores a adoptar voluntariamente las obligaciones clave de la ley antes de los plazos legales.